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sábado, 9 de enero de 2010

SAN ANDRÉS CORSINI




Un mozo florentino de noble familia - que dio papas la Cristiandad -era popular en Florencia por sus disipadas costumbres. Iracundo, dilapidador, dado al juego, la caza y a los amoríos, todo un ejemplo de vida irregular borrascosa que, dicen, ya se había anunciado en sueño a su madre, Monna Peregrina, quien antes de nacer él soñó que daba a luz a un lobo.
En su sueño el lobo se trocaba en cordero ante el convento de los carmelitas de Florencia, donde ella solía orar, así fue: el hijo descarriado, después de una discusión familiar se convirtió fulminantemente al entrar en el convento, y aquel trueno pasó a ser el fraile más humilde manso de la ciudad, que iba a pedir limosna por las calle en medio de las burlas de sus antiguos compañeros. La primera noticia histórica que poseemos de él se remonta al 3 de agosto de 1338 en una carta en la que se le nombra ocupando el decimoctavo lugar entre la lista de los cincuenta religiosos del Convento carmelitano de Florencia.
Sabemos que fue consejero de su Provincia y bachiller y profesor en algunos conventos hasta que asistió el Capítulo general celebrado en Metz en el que fue nombrado Provincial de su Provincia. Era el 1348 cuando estaba en todo su furor la tristemente famosa Peste Negra que tantos miles de víctimas llevó al sepulcro. Mucho hubo de sufrir durante estos años.
El 13 de octubre de 1349 el Papa Clemente VI lo nombró Obispo de Fiésole. En su sepulcro se dice: "Fue arrebatado desde el Carmelo a la iglesia y a la mitra fiesolana". Una vez que tomó posesión de su sede, continuó llevando una vida muy austera y siempre llevó el hábito de la Orden. Redujo el número de sus sirvientes y mandó que la comida fuera muy frugal y la misma para todos. Él visitaba todas las parroquias y dirigía personalmente asuntos que antes habían estado encomendados a sirvientes.
Andrés Corsini fue un buen obispo, curiosamente con muy buena mano, él que había sido el rey de los pendencieros para solucionar de modo pacífico, con caridad y persuasión, las diferencias más graves y llevar la concordia donde había enemigos. Hasta el punto de que fue legado papal en Bolonia como hombre de paz.
Lleno de méritos murió el 6 de enero de 1374 y muy pronto empezó a tributársele culto. Su cuerpo se conserva en la Capilla a él dedicada en el Carmen de Florencia. En la Basílica de San Juan de Letrán. de Roma también tiene dedicada una capilla muy bella.
Aunque, después de su muerte, su antigua fama de violento debía de ser tal que aseguraban haberle visto duran te la batalla de Anghiari - la que pintaron Leonardo y Miguel Ángel - cabalgando por el cielo como Santiago en Clavijo para dar la victoria a sus compatriotas.