El día 1 de noviembre de 1950, Pío Xll anunció, que la Esclava del Señor y que está en el cielo y goza de la felicidad eterna, fue asunta en cuerpo y alma, con la declaración siguiente: «Pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado: que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste»
La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo
El Papa Pío XII presentó varias razones fundamentales para la definición del dogma:
1-La inmunidad de María de todo pecado
2-Su Maternidad Divina
3-Su Virginidad Perpetua
4-Su participación en la obra redentora de Cristo
Por consecuencia del pecado original, recibimos una sentencia, “Porque polvo eres y al polvo Volverás” (Génesis 3-19), en consecuencia, la descomposición del cuerpo es a consecuencia del pecado original, y como María, careció de todo pecado, entonces Ella estaba libre de la ley universal de la corrupción, pudiendo entonces, entrar prontamente, en cuerpo y alma, en la gloria del cielo.
Como el cuerpo de Cristo se formo del cuerpo de María y así participó la suerte del cuerpo de Cristo. María concibió a Jesús, le dio a luz, le amanto, le nutrió, le cuido, le estrecho contra su pecho, es así como su hijo no permitiría que el cuerpo, que le dio vida, llegase a la corrupción.
Como su cuerpo fue preservado en integridad virginal, pureza e María que permitió que después de la muerte no sufriera la corrupción.