domingo, 29 de agosto de 2010

MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA


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A mediados del siglo IV el sepulcro de San Juan Bautista era venerado junto con los de los profetas Elíseo y Abdías en Sebaste, cerca de Naplusa en Samaría. Fue profanado en tiempos del emperador juliano (361), pero San Jerónimo atestigua la persistencia del culto del Precursor en aquel lugar, siendo erigida allí mismo una basílica en el siglo VI. La fiesta del martirio de San Juan Bautista conmemora probablemente la dedicación de tal iglesia. Juan Bautista, asceta y mártir, padre de los monjes y de cuantos luchan hasta verter su sangre por Cristo, realizó en su persona los dos estilos de santidad a los que la tradición cristiana se ha mostrado siempre más sensible.
Si la Natividad de Juan y su evocación en tiempo de Navidad se asocian al ciclo de la Encarnación como un anuncio de la proximidad de la salvación ante - la que da «un salto de alegría», la memoria de su martirio pone en claro la calidad de alma del profeta y la plenitud de su respuesta a la llamada de Dios. Sin avergonzarse ante los reyes, «murió mártir de la verdad y la justicia». Como Precursor del nacimiento y muerte de Cristo, se anonadó ante él una vez llegada la hora y «dio, por fin, su sangre como supremo testimonio por el nombre de Cristo»
Es difícil el destino de los profetas. Ser profeta, dice Guardini, significa decir a su tiempo contra su tiempo, lo que Dios manda decir. No te es lícito tener como esposa a Herodías, la mujer de tu hermano, le grita Juan a Herodes Antipas. Y Juan lo paga en la cárcel de Maqueronte.
Luego se cumple su destino.
Herodías quiere verlo desaparecer. Cuando su hija Salomé cautiva a los invitados con sus danzas en un banquete, el rey le promete cumplir cualquier deseo que se le ocurra. Salomé acude a su madre, y Herodías le hace pedir la cabeza de Juan Bautista en una bandeja. El rey se estremece ante la enormidad del crimen, pero es débil y cede. Los esbirros cumplen la orden y le traen la cabeza del Bautista.
Juan ha cumplido ya su misión. Pero ¿cómo es posible, Señor, que tus discípulos estén a merced de los impíos? El misterio de la Cruz de Jesús está ya presente en este martirio. Su sangre no será inútil. "La cabeza de Juan Bautista predica mejor desde la bandeja que sobre sus hombros"
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OTROS SANTOS: Nª Sª del Mar; Adelfo, obispo de Metz; Santos Sabina e Ipacio, obispos; Mederico,  Andrés,  presbíteros; Niceas, Pablo, mártires; Eutimio Romano; Sebio, rey; Cándida, Basila, Sabina, vírgenes.