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martes, 7 de septiembre de 2010

SANTA REGINA 251


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Regina o Reina, de la ciudad de Alesia -- hoy Alise-Sainte-Reine, en la Borgoña --, lugar célebre por la derrota de Vercingetórix a manos de César, fue una doncella galorromana que a los quince años descubrió la fe de Cristo y se bautizó, ofreciendo a Dios su virginidad.
Dice el padre Ribadeneira que «era tan hermosa (esmalte que divinamente sale sobre el oro de la virtud) que pasando acaso por Alissia Olibrio prefecto y viéndola se enamoró de ella. Hízola venir a su presencia y sabiendo de ella misma que era cristiana, la mandó poner en la cárcel, advirtiéndola que él iba a un viaje, y que si al volver de él no había mudado de religión experimentaría su rigor».
Lo demás es previsible, Regina se niega a sacrificar a los dioses, la someten a tortura y «rasgan sus delicadas carnes con uñas de acero»; siguen más tormentos, se producen prodigios (un terremoto, voces celestiales, una paloma que acude a consolarla y que sana sus heridas) que hacen que se conviertan a la fe ochocientos cincuenta gentiles, y por fin es degollada.
Como tantas otras historias de mártires antiguos, ésta nos parece cándida e inverosímil, y sin duda en ella hay una porción de elementos fantásticos, de adorno y ejemplaridad; pero sus exageraciones, que magnifica nuestro buen Ribadeneira, son como el aderezo hiperbólico de un drama bien real, dar la vida por la fe que se tiene, y una cosa así justifica los excesos de cierta desmesura, no va uno a regatear un poco de imaginación con un tema así.


SAN CLODOALDO 524-560
clodoaldon.jpg (18238 bytes) San Clodoaldo era descendiente del rey Clovis. Criado por su abuela Clotilda, vio matar a sus dos hermanos en una conjura por hacerse con el reino. Sólo él pudo escapar, convirtiéndose en ermitaño y pasando el resto de su vida en el retiro.
Dicha en pocas palabras, ésa es la historia de la vida de San Clodoaldo. Pero con seguridad que hay más en ella. Siempre lo hay. En los obituarios, las vidas de las personas son reducidas a una lista de hechos. Toda un vida se reduce a un párrafo. Lo que falta en los obituarios (y en los pocos hechos que sabemos acerca de San Clodoaldo) es la personalidad, esas cualidades distintivas que nos hacen ser quienes somos.
Toda criatura viviente tiene su personalidad. Podemos ciertamente verla en nuestros animales domésticos, pero la gente que pasa su tiempo con animales salvajes, incluyendo tortugas, peces y reptiles, afirman que también éstos exhiben cualidades propias y únicas. Es como si la personalidad fuese grabada en toda criatura creada alguna vez (incluyendo los seres humanos).
Aunque no hay por qué tener un control total sobre todas las facetas de nuestra personalidad, necesitamos tener algún control sobre algunos de los rasgos que exhibimos. Por ejemplo, si somos solemnes por naturaleza, no tenemos por qué actuar de forma taciturna y malhumorada todo el tiempo. Podemos cultivar nuestras cualidades más atractivas y descartar las que lo son menos. Luego, cuando se escriba la historia de nuestra vida, se podrá indicar algo más que los simples hechos desnudos de nuestra existencia.
BEATOS ESTEBAN, MELCHOR Y MARCOS  siglo XVII
martireshungrian.jpg (39374 bytes)Campeones de la fe en la Hungría martirizada de comienzos del siglo XVII.
De noble familia de Hungría, Esteban Pongracz, nace el año 1582 en el castillo de Alvives, no lejos de Karlsburg. Tras estudiar en el Colegio de los jesuitas de Klausemburg, se hace jesuita con veinte años.
Un poco más joven había entrado también en la Compañía de Jesús,  Melchor Grodecz, de una ilustre familia polaca, y congregante mariano en eI Colegio de la Compañía de Jesús de Viena.
También había sido alumno de este Colegio Austríaco y del austrohúngaro de Roma. Marcos Crisino, nacido en Korosy de Croacia y Canónigo de la Catedral de Gran.
Por su fidelidad a la fe católica son apresados en Casovia (Hungría) el 3 de septiembre de 1619, se les mantiene sin darles comida.
Unicamente el viernes, por burla de la práctica penitencial de la abstinencia, les dan sólo carne, que ellos rehúsan ante el significado ocasional. En la noche del 6 al 7 los verdugos se presentan ante la celda.
Y con las antorchas, espadas y mazas consuman en ellos uno de los más feroces martirios de la historia. Finalmente son arrojados a una cloaca.
Al cabo de veinte horas es encontrado todavía vivo el P. Pongracz, que pronto moriría repitiendo: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen."

OTROS SANTOS: Esteban, Evorcio, Augustal, Pánfilo, obispos; Juan, Eusiquio, Sozonte, Anastasio, Nemorio, diácono,  Clodoaldo, confesor, Marcos, Crisino, mártires; Beato Alonso Pacheco, mártir;